lunes, 14 de junio de 2010

Matemos a “La boda”


Mar del Plata es tan triste que ya ni te podés casar o morir con dignidad. Lo medio pelo y lo kitsh dan la nota y todo por culpa de Sacha, que no es un perro, amigos, sino un señor que la vio antes que todos.
No se entiende cómo, si es sabido que el promedio de los matrimonios no llega a durar un lustro, todavía puede construirse tal circo alrededor del hecho de casarse. Y menos se comprende cómo las minas logran convencer a los tipos para hacer algo que nadie en su sano juicio querría hacer. Y conste que esto pasa hace rato, no ahora que estamos pelotudos de escuchar las vuvuzelas y a Fernando Niembro.
Para empezar, cuando se toma esta decisión, a una mujer lo que menos le importa es con quién se casa sino quién será el diseñador del vestido, la florista, la maquilladora, dónde se hará la fiesta, quién preparará el catering, quién sacará las fotos, cómo serán la mesa de postres, los souvenirs y las tarjetas, quiénes serán los invitados y cómo los van a sentar… y un millón de cosas inútiles y carísimas que rodean el negocio del casamiento.
Con la hipocresía más absoluta, hay que prometerle amor eterno a un cura, invitar gente que te importa un carajo, aceptar regalos que se supone son útiles y hacer de cuenta que tu novia con vestido blanco es virgen y que todo esto es un hecho trascendente en tu vida.
Tu opinión en los preparativos relacionados con el casamiento es prescindible y molesta, en medio de ese mundo terriblemente afeminado, artificial, plagado de mal gusto y rosita. La verdad, muchachos, es que las minas se casan solas.
Pero nada de esto sería tan fatal sino hubiera toda una industria que con carteles super luminosos de neón atrapara a las minas como moscas ofreciéndoles todo lo necesario para cumplir el sueño de su “boda” (¿qué es? ¿una serie yankee a lo Dinastía?); y nos develara con terrible lucidez un largo año de padecimientos. Porque no tiene nada de malo que la gente se quiera (qué tiernos) pero lo choto es que te pongan un traje ridículo (frac?, moñito? Florcitas?), un poco de reggeton, esperen hasta que estés en pedo para sacarte fotos que irán facebook y que, encima, otros hagan guita con eso.
Y si quien hace plata con la industria del casamiento fuera Merceditas Álzaga Anchorena, wedding planner matriculada, bueno… pero un traidor a su género como Sacha, es intolerable. El tipo ni siquiera es puto, decorador o cultivador de orquídeas, sino un estudioso de Economía que ya calculó cómo sacarte hasta el último centavo. Si te descuidás, maneja un ejército de abogados para gestionar el inevitable divorcio, que comenzará con una querella porque vos, que cediste en todo, te resististe a pagar el plus de los masajes en la noche de bodas (ésa será la semilla de la discordia)
Todo empezó con nuestro protagonista regalando revistitas (el primero te lo regalan, el segundo te lo venden) en la cola del Registro Civil. Allí, como un buen samaritano, te explicaba todos los trámites, los servicios que precisabas y la antelación conque debías contratarlos. Claro que para sostener esta humilde publicación, aparecían algunas publicidades que empezaban a darle ideas a tu novia. Te enterabas que el chamuyo de usar las alianzas de tus abuelos no iba a funcionar e ibas a tener que adquirir unas muy modernas de la joyería promocionada por Sacha.
Y como estamos en una ciudad pujante donde sobra dinero y ganas de cagar más alto de lo que se puede (¿de dónde sale esa frase? A ver si empezamos a escribir complicado como nuestros comentaristas, ¡mierda!), nuestro paladín del enlace matrimonial ya tiene un emporio que actualmente incluye una revista con producciones fotográficas con modelos (volveremos sobre este punto), un programa de TV, páginas web y una exposición anual de varios días en hotel 5 estrellas.
Este último evento es una muestra cabal de lo que denunciamos (sí!, en “matemos a las ballenas investiga” denunciamos y en cualquier momento subimos cámaras ocultas y testimonios con gente de espaldas y voz distorsionada): basta ver a la novia histérica recorriendo emocionada pero al mismo tiempo atenta para primerear a la narigona a la que le gusta el mismo vestido y el mismo canapé de choclo envuelto en cantimpalo para la entrada; y 50 metros más atrás, al novio que intenta hacerse el superado caminando solo y triste pero mandando mensajitos a los amigos que lo acompañan en el sentimiento, y que lo convencen de que siga adelante sólo para enfiestarse con permiso en la despedida de soltero (eso sí, que no te la organice Sacha, porque es capaz de decorar todo con los Prime inflados colgando del techo y atados con moñitos plateados)
Un paneo general al salón de la “expo” (ya se vendrá el post sobre los que hablan “cortito”) ofrece un panorama desgarrador, peor que el último partido de Gallardo: vestidos grasas que usarían en la mejor fiesta de los Ingalls, tortas espantosamente coloridas, souvenirs transparentes con tubitos de ensayo y brillitos, todas las formas posibles de decoupage y tarjetitas rosa “viejo” (¿¿en serio esperás que invite al arquero de Aldosivi y al depredador de chichis con estas pedorradas de cartón y cinta “bebé”??), animadores que hacen demostraciones de canto, chistes y todas las pelotudeces que te esperan en tu fiestita, mesas atiborradas de platos, servilletitas, cubiertos, moñitos, copas varias, más moñitos y un mantel que de tan largo parece que también se quiere ir a la mierda.
Y promotoras, infaltablemente gatunas e infartantes, que con voces melosas te prometen la ruina económica, pero por lo menos en la cercanía de sus tetas.
Y entonces, ahí entendemos a Sacha, que ha montado todo esto sólo para estar cerca de las modelos, pispear los cambios de ropa en los desfiles, intervenir en las sesiones fotográficas y seleccionar y mandonear a todas las jóvenes con piernas largas y tacos que te llenan de volantitos.
Hay que reconocer que la cara alegre y bonachona de nuestro amigo es envidiable, aunque haya construido su felicidad bailoteando alocado, siguiendo la coreografía del infierno (es que somos de letras), sobre miles de cuerpos inertes y borrachos de novios con trajes alquilados.

(Spampinato, esto no va para vos, en serio, pero si querés opinar sobre… los souvenirs, ponele, y bueno…)


sábado, 12 de junio de 2010

Matemos a la Rock and Pop local


¡Último momento!: Importante emisora local solicita locutores, conductores, periodistas, programadores, operadores y director artístico para proyecto de radio novedoso, creativo e independiente. Presentarse con CV actualizado, foto cool, referencias y título universitario-terciario (Deportea abstenerse).

No, mentira… esto nunca va a pasar. Pese al marketing, las remeras, los buzos, bolsos y calcos con el infaltable logo, la radio mencionada nunca será un espacio para el trabajo profesional en serio y no promoverá ninguna idea innovadora porque sólo repite el formato de su nave madre, ya en decadencia.
Igualmente, si sos un cuarentón no asumido, usás zapatillas all star, pronunciás el inglés para el ojete, te quisiste cortar las venas cuando anunciaron el final de Lost, tenés un yeso porque quisiste hacer una actividad física inapropiada para tu estado físico actual, te querés hacer el nerd, el freak o el modernito, podés darte una vuelta por la R&P y copar unos minutos de aire para vivir de canje como Mirtha Legrand. A nadie se le niega el micrófono en este medio de comunicación ejemplar, aunque seas gangoso, disléxico o, simplemente, un pajero.

No se han dado cuenta de que hasta Pergolini ya se aburguesó (con unos cuantos millones de dólares) y abandonó la rebeldía pedorra que lo caracterizaba. Se hacen los malos, los agudos críticos de la ciudad, los superados y son el claro ejemplo del uso inapropiado de un micrófono (tal vez, otros usos que pudieran darle serían hasta más placenteros, para ellos y para los oyentes!)
Como somos buenos, en el fondo, hacemos un breve pantallazo a modo de crítica constructiva (Ricardo, es para vos):
Sachi debería visitar un otorrinolaringólogo para evitar tanto moco al hablar.
Sabio, emblema de la radio, debería evitar que su amor por la raza canina contagie sus reportajes, porque a veces llega a un nivel de obsecuencia peor que el de Majul. También podría intentar enunciar frases completas, aunque no valga la pena.
Juan Castro tendría que intentar hablar y sostener una idea, antes de que todos lo tapen. O no.
Y si hablamos de “tapar” llegamos a Marangoni. Luego de su fracaso por convencernos de que Mar del Plata es una ciudad en la que pasan cosas, con un gran acervo cultural y con gente creativa y talentosa, a través de su siempre hackeada página ciudad abstracta, desembarca en esta radio para aburrirnos con sus reseñas de libros (que sólo a él le importan, para exhibir sus “amplios” conocimientos) y para transformarse en el gran corta clima del programa. Tira datos, se las sabe todas y si no, chamuya, y manda frases categóricas a partir de las que ya nadie puede acotar mucho más. Es que no dan ganas de decir algo mejor que “hablando estereotípicamente (?)” (Marangoni dixit).
Lo de Gustavo Sala no se entiende: se nota que nadie sabe cómo seguirlo y no siempre se lo escucha cómodo o contento, como en los programas que conduce en el verano. En todo caso, ¿qué hace un dibujante en una radio? Si al menos pudiéramos ver sus historietas bizarras, se ganaría el sueldo con hidalguía. ¡Ah! Cierto que en esta radio… ¡no cobra nadie! Tal vez tendríamos que haber empezado por ahí. Pregunta para nuestros lectores: ¿es directamente proporcional la calidad de los programas al estipendio recibido? Parece que sí.
De Mex tenemos para decir sólo que si no se suma a los papelnonos pronto, asuma que las películas de terror ya no le dan miedo, si puede aparecer de vez en cuando por la R&P y no se asusta con estos muertos vivos…
Para Echavarría, dos consejos: que se haga una paja antes de cada programa, especialmente cuando pasan el GPS de mujeres, porque entra en una excitación indescriptible, peor que la de Rozín entrevistando a una mina (incluso si supera los 50). Y otra cosa: que fume un poco para que se le vaya esa voz de elfo castrado de bosque patagónico. O que lo asesore Di Florio, que tal vez le puede convidar algún bocadito hare krishna inspirador.
En realidad, como fieles oyentes, les sugerimos que abandonen el barco: en la R&P local nadie puede sobresalir, si levantás un poco el vuelo, te bajan del barrilete cósmico o te agarra Rokzilla y te hace añicos con su puñito… es que allí, reina el zar de los medios, el cerebro oculto tras las consolas, el Segismundo atrapado en la torre, el coloso del circo, en fin, el clon de Gino Renni: Manuel Rodas. Todo pasa por él y es tan pisa brote e ignorante que aunque estos chicos fueran luminarias de la radiofonía argentina (no se entiende lo del Martín Fierro: ni las nominaciones, ni el premio. Cómo serán los otros programas del interior), Rodas impediría cualquier posibilidad de demostrarlo. Dicen las malas lenguas que lo pierde el cholulaje del verano, como Badía con los Beatles, pero con las figuras más chotas del ambiente estival marplatense: guarda mensajes de famosos como el nabo de Iván Noble, se jacta de conocer a modelos anoréxicas y de tener contactos con grandes personalidades como… Favio Posca. Visiten “su espacio” y vean cómo esta nueva viuda de Cerati muere por lucirse y sacarse fotos con la gente de moda y aparecer en las revistas. Guarda reliquias y souvenirs en su altar cuya figura central es Marito, al que rodea de velitas modernosas (a esta gente le gustan siempre las velitas). Todo esto durante el verano, cuando no te saluda y habla con dos celulares al mismo tiempo en la playa de moda; después, en el deprimente y desolado invierno, te cruzás al bueno de Rodas cabizbajo por la peatonal y hasta con ganas de charlar; se ofrece a comprarte una remera en Locuras a cambio de escuchar sus divertidísimas anécdotas con Nacho Goano.
Es tan aburrido todo que ya nos aburrimos de escribir.
Lo único bueno de esta emisora local, es el odio que le tiene Fabián Spampinato, que ha originado todo un mundo paralelo pero aún más decadente que intenta falsamente ubicarse en la “trinchera” del rock opuesta. No sabemos de donde salió esa teoría pelotuda de “ladrón que roba a ladrón tiene cien años de perdón”. En el caso de Salieri Spampinato, nos parece un agravante de su condena que imite una imitación…. Sobre todo porque el original no es, precisamente, Mozart.
Muchachos: hay todo un mundo allá afuera del triste paño de la radio local, detrás de las alfombras raídas, los pósters tristes de mujeres en bolas, los chapeos decadentes y los regateos por publicidad que empiezan en cuatro cifras y terminan en un canje de unos pantalones skater con un tiro tan bajo que quedan en los talones. Entiendanlón.