Ya sabemos que van a decir que somos unos gorditos freaks resentidos sentados frente a sus “computadoritas”. Y que nos tenemos que “comprar una vida” como la de ustedes (¿las vidas usadas se publican en De todo? ¿Vienen con GNC?) No obstante, no podemos dejar de manifestar nuestra tenaz e insidiosa aversión por la gente fitness. Esta no puede ser asociada simplistamente a la gente que hace deporte o ejercicio. La mujer y el hombre fitness curten una estética y un estilo de vida muy particular. Veamos.
Un fanático del fitness no se define por la actividad física que realiza ni por la cantidad de horas que le dedica, sino, principalmente, por su atuendo. Se visten con ropa deportiva súper tecnológica: anti transpiración que permite la “respiración” de la piel, liviana e hipoalergénica, y zapatillas con cámara de aire, antideslizante, amortiguadores y hasta ¡cuenta quilómetros! A ninguno le falta el aparatito para escuchar música mientras corre, en su camperita con bolsillito ad hoc para llevarlo con cable y todo.
Van así vestidos a todos lados. Cualquier situación amerita ponerse la ropa fitness: ir a buscar los chicos a la escuela, hacer mandados, pasar por el banco. Así como un judío usa la quipá como orgulloso signo de su religión, un enfermo del fitness usa gorrita fashion. No importa que esté nublado o que se vayan a quedar adentro: la gorrita Nike (o imitación) no puede faltar. Sospechamos que es para taparse peladas o grenchas sucias, pero no tenemos el coraje de sacársela para constatarlo. Estamos a punto de pedir en una solicitada el regreso del jogging (frisado, mejor), una prenda para el deporte y el domingo que puede obtener cualquier argentino y argentina sin gastar una fortuna ni verse ridículo; además, el jogging posibilita la impunidad de estar sucio y deprimido en un sillón comiendo papas fritas pedorras sin tener que aparentar que estamos bien y somos exitosos deportistas.
Otro tema relevante para la gente del fitness es lo que comen y beben. Toman gatorade o powerade o cualquier cosa que termine en “ade”. Desayunan yogur, frutas, jugos, granola, nueces y pasas de uva. Comen ensaladas de más de tres ingredientes (en los restaurantes no lo pueden creer pero logran cobrarles una fortuna cualquier porquería mientras tenga rúcula, queso parmesano y alguna boludez más. Así como abogamos por el retorno del jogging, también pedimos el regreso de la ensalada mixta con cebolla, exiliada de las cartas de todo comedero moderno).La gente fitness se compra esos polvitos mágicos que se usan como suplementos dietarios. Los más fanáticos miran todas las etiquetas de los productos para calcular calorías, valor energético y la presencia de algún ingrediente contraproducente para sus propósitos.
Cuando sacamos, contentos, el paquete de facturas, nos miran con una sonrisa de lástima y con un gesto de conmiseración nos dicen: "yo paso, gracias".
Lo más triste es cuando un domingo al mediodía, después de un asado con torta de postre y de un sábado a la noche de pizza, picada y cerveza, te vas a tomar unos mates a la costa y los ves corriendo, cabeza en alto, mientras vos te comés una bola de fraile ¡Hasta Dios después de crear el mundo descansó el domingo! Y cualquier entidad superior castigaría severamente a un pelotudo que en lugar de lastrarse un buen asado o un plato de fideos caseros se va a correr por la costa tomando agua mineral.
Cuando tienen un minuto libre van al gimnasio: salen de trabajar para meterse por lo menos dos horitas al "gym". Peor los que van antes de ir a trabajar: los ves 6:30 de la mañana dale y dale en la cinta. Uno pasa por un gimnasio y no puede creer la situación: escuchás música a un volumen superior a cualquier boliche; el profesor, como un enajenado, los arenga como una tropa en Afganistán y los pelotudos fitness, desde sus bicicletas que no se mueven, pedalean devolviendo el grito, ¿no es fantástico? (¿Qué diría Bauman de una bicicleta que no lleva a ningún lado?)
Un párrafo aparte merece nuestro bien conocido por todos, olor a chivo. Uno pasa por la puerta abierta del gimnasio y siente que lo voltea un aire denso, húmedo y pegajoso, caldeado de bacterias de humores humanos en franca descomposición.
Nos preguntamos, queridísimos arponeros, ¿cuál es el placer de ir a encerrarse en un tugurio con la música que aturde, un loco que te grita todo el tiempo, tu cuerpo que se agota de falta de aire, dolor muscular, que se empapa de transpiración y se mezcla con el olor de los demás, y encima pagar por eso? Piernas musculosas, colas duras, panzas chatas, mandíbulas cuadradas, brazos que no flamean al ponerle sal a la ensalada (a otra cosa, como una mollejita, jamás).
Los peor de la gente fitness es el exhibicionismo impúdico de la buena salud y los buenos hábitos. Porque si hicieran todo esto pero dentro de sus casas y corriendo por el living, no merecerían la “impunidad” de este post. Pero no, ellos viven la filosofía del fitness, de la salud a ultranza. Hacen patria. Hablan con orgullo de sus hábitos deportivos. Son los consumidores número 1 de su propia marca de vida sana y de todo lo que vende la televisión para estar divino: masajes, drenaje linfático, lipoescultura, etc. Y te miran como un pobre perejil recubierto de grasa, fofo, obeso y abúlico, que es la verdad, ¡pero nosotros no hacemos apología de eso!
Que quede claro que acá no estamos diciendo que el consumo de ropa, los alimentos balanceados o los tratamientos hormonales, los hacen unos pobres idiotas presos del marketing, no. Es el Actimel lo que les está cagando la cabeza, muchachos.
Podríamos reivindicar este espacio virtual aludiendo a la muerte de Kirchner, como todos los que salieron a escribir o decir algo, pero no se nos ocurre algo mejor que lo de Mirtha Legrand o Nelson Castro (y nunca intentaríamos estar a la altura de los comentarios de Martín “faltan medicamentos en los hospitales y bancos en las escuelas” Caparrós, la nueva Doña Rosa del siglo XXI). Tal vez, con alguna vueltita, podríamos hablar del cuidado de la salud para evitar un infarto, por ejemplo… Pero la verdad, no hay nada como el café, el humo de cigarrillo, el fernet, los asados y mirar fútbol a los gritos deglutiendo facturas de pastelera, antes de dormir una siesta reparadora.
34 comentarios:
Matemos a Catherine Fulop y todas sus amigas mediaticas, a la 10 de la mañana gritando como locas, como si estuviera así por hacer ejercicio, cuando tienen más tiempo en una camilla que Buonanotte. Si, que vuelva el jogging, porque las minas en calza, son un peligro para el transito, porque los hombres manejando se distraen por mirar un culo y terminan incrustados contra un poste.
Yo lo que no entiendo es a los que se la pasan en gimnasio e igual siguen gordas... las está timando...
+ comentarios con nombre y apellido.
Los gimnasios son lugares insufribles: los tipos mostrando músculos, las minas las tetas hechas. Un montón de histeriqueo. La mayoría de la gente ya al gimnasio de levante. Los peores: Flex y La Redonda.
Viñao los recomienda en su facebook. Link a Matemos a Carlos Aletto. Ese chico sabe lo que hace?
El lugar donde se concentran los seres más limados del fitness es el gimnasio de Mutti. No contentos con matarse ahí adentro y cagar a pedos al que se va rápido, se juntan a correr o andar en bici el gin de semana. Una verdadera secta maligna del deporte!!!!
peores que los gimnasio son los centros de estética donde a partir de chantadas como pilates o plataforma vibratoria alientan a la gente a curtir una estética similar... y ni siquiera hacer ejercicio en serio.
Qué fina la imagen del perfil!!!!
peor que peor las minas tomando un cafecito después del gimnasio. Charla que juro escuché:
- No sabés lo que le pasó a Fulanita!
-Qué le pasó?
- Se le cayó el culo.
- En serio?
- Como lo oís...
Imposible seguir el blog. aunque uno leyera los blogs completos... por lo general parte de lo más divertido del debate está en los comentarios. Podrían, incluso, organizar un concurso preguntando sobre las infinitas bajezas dichas aquí a lo largo de tres años.
También le regalaban una caja de vino. Que se la chupe antes de subir a la montaña.
Obvio que los gimnasios y la gente obsesionada por su físico apestan. Maten algo menos obvio.
Yo quiero matar a los que van e skate y patines. Si son chicos, aunque maten a alguien o se maten es algo tolerable. Pero entre los mayores de edad prohíban los skate y patines por la costa: se ven ridículos!
Este blog está fuera de onda... ahora no hay que hablar de fitness y Kirchner, sino de Mc Cartney y el presupuesto... y esperar el próximo muerto.
Igualmente me reí.
Saludos!
Fuera de broma: si sólo hicieran gimnasia no joderían. Pero son fanáticas del ejercicio, no comen, son enfermas de la moda y la ropa de marca, se hacen las lolas y le cagan la cabeza a las hijas que ya a los 7 son exactamente iguales a ellas.
Sí! bomba en los gimnasios. Preferibles niños huérfanos cuidados por sus abuelas que con esas madres pelotudas.
Un blog de intolerantes tiene seguidores y comentaristas aún más intolerantes.
Qué mal gusto la foto! qué quieren decir? que hay que matar a las gordas?
Es contradictorio, quieren matar a las gordas... y ni siquiera las dejan ir al gimnasio...
Cuando te quieren encajar esos batidos en polvo elaborados con proteina de huevo de avestruz!!
Me gusto el post, es una oda al sedentarismo.
Encima los que compran y venden esa mierda se comportan onda secta, intentan convencerte de sus virtudes entre todos como si fueran testigos de Jehová.
Lo extendido de este fenómeno puede constatarse con la cantidad de casas de ropa deportiva que hay en la ciudad. En ellas van a comprar desde comprar los pibes chorros (zapatillas para salir rajando aerodinámicamente) hasta las chetas toda la ropa carísima para hacer Pilates.
Les faltó eso! Matemos a las minas que hacen pilates!
Yo opino que hay que matar a los que hacen yoga, pintan mandalas, te hablan de energía y buenas vibraciones. Se hacen los relajados y después en los trabajos son los más neuróticos, perseguidos, acelarados y garcas de todos. Mi jefe es uno de ellos, siempre haciéndose el sereno, sumándose a la última pelotudez new age de moda, y en realidad no sirviéndole ningún libro, video o terapia alternativa para ser un poco de mejor persona. Escriban sobre eso!!!!
Yo opino que aletto debería inventar un escándalo nuevo, ya que los egocéntricos del Illia están copando el blog.
lo peor es cuando intentan convertirte en uno de ellos!
pd: decidí leer los demás post o como garcha se llamen, porque el del illia me aburrió.
Matemoslos... pero sobre todo en verano que quieren seguir corriendo por la costa o por la calle molestando a las hordas de turistas a las que sólo les importa entrar y salir en hordas de la playa, manejar como el culo y comer como locos. Y hablando de eso, aunque sea obvio, matemos a los turistas!!!!! Es 10 de enero y ya no los aguanto.
Gracias Martín Zariello por este blog tan representativo de nuestra/s identidad/es. también me gustaron muchos tus comentarios y sobretodo las fotos de Rocio de gran hermano en tu blog notiblog. gracias abrazo enorme
No entiendo que onda. Ahora que Viñao confiesa que lo hace él acusan a Il corvino?
Pero, en realidad, sería razonable que lo hicieran entre los dos. En tal caso no eran tan incogibles como todos creían los autores...
Me acordé después: el otro día vi en face que leían juntos...
aguanten los vigilantes!!
la gente que hace fitness es deforme
Hay Hay Hay... estas chicas de SIBELIUS!! En lugar de dar la cara y decir que son ellls las que escriben este blog, se meten con nombres falsos a acusar a otra gente para asi despistar. Cuando alguien las buchonea lo borran al toque o meten 100 post para mandarlo al fondo. Caretas!
y maten a los prfesores de educacion física tambien, de paso
generalmente el pelotudo fitnes es tanbien un pelotudo new age..¡un auto de fe para aquellos que los domingos en vez de escabiar y morfar como dios manda, salen a correr!!!...ya prepare los leños para la hoguera...
ningun fanatismo es bueno.. y aunque suene raro, hacer tanto deporte y marcar tu cuerpo tampoco porque lleva a buscar otras formas para tener músculo.
yo hace un tiempo me había anotado en uno de los gimnasios en palermo pero me dio fiaca seguir yendo.. de a poco voy aceptando mi cuerpo
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