lunes, 14 de febrero de 2011

Matemos a los malcogidos

No todos nuestros lectores son idiotas. Uno nos mandó ya hace un tiempo (nos colgamos en colgarlo, es que estábamos empezando el juicio contra Facebook y, como sabrán, abrimos una cuenta en Twitter que nos tiene ocupados intercambiando ideas con una comunidad llena de gente pensante y sabia)  este texto inspirado, entre otras cosas, en algunos comentaristas que nos han dejado gratuitamente sus pensamientos.
Aquí va:

premisa: somos todos unos malcogidos; defensa de la premisa: habrás echado polvos ornamentales con tu chica, pero indefectiblemente algún orificio de tu cuerpo acusa la falta de su provisión cárnica diaria y necesaria para el mantenimiento del equilibrio nervioso/espiritual

y se te viene la crisis a la cabeza, al pubis, a todo el cuerpo, la “angustia del agujero”, enfermedad tristemente descuidada por la ciencia y cuyas gravísimas consecuencias, en la mayoría de los casos, asimilamos a otros trastornos de la personalidad; pero no, todo el problema viene de acá, de coger mal, de que te cojan como el orto (en lugar de por el orto), de que en el seco y poco caudaloso río de tu vida sexual, que a estas alturas se parece más al agua que se junta en el cordón de la vereda que a un río propiamente dicho, en esa sucesión de charcos barrosos y llenos de mosquitos transmisores del dengue, los orgasmos son como las islas paradisíacas que aparecen en la revista caras: un oasis al que sólo tienen acceso otras personas, que viven una vida lejana a la que nunca estarás invitado, y de la que te llegan sólo las fotos y los chimentos de segunda mano

entonces, con el paso del tiempo, aparecen los graves síntomas del malcogidismo: la degradación del cuerpo, víctima del abandono; la histeria colectiva; las prácticas del new age y de las terapias alternativas; la lectura de libros de autoayuda; los cursos de clown, de fotografía, trenzado de canastas, origami, clases de taichi, de yoga, de natación, de tapizado, de tejido en telar, de pintura a la acuarela, cursos de pastelería; también aparece esta necesidad de desagotar la verborragia por cuanto medio se presente, y una necesidad incontrolable de difundir cadenas de mails sobre niños africanos con enfermedades incurables, víctimas de un incendio, de una revolución, de una violación masiva, de un atropello cualquiera; y cuando los malcogidos se reúnen, nacen las asociaciones de los amigos de los animales abandonados en la banquina de la ruta once, y las cofradías de escritores / pintores / escultores / músicos / malabaristas / gays / folkloristas / poetas K / amigos de la ecología / ciclistas / golfistas / filósofos de sociedad de fomento / defensores del consumidor / fanáticos del fútbol / turistas / marplatenses hartos de los turistas / estudiantes de lo inverosímil / cultivadores de marihuana / optimistas / jipis y demás, que se toman un inmenso trabajo para ponerse por nombre un epíteto misterioso que les permita ocultar ese perfil de malcogidos destinados al fracaso

y el gregarismo compulsivo: trabajo esclavo y megaconsumo de televisión, vino con soda en un cuartito con las paredes pintadas de celeste lechoso y dos cuadritos de Quinquela Martín que juntan polvo y telarañas durante veinticinco años, sudoración estival, matrimonio pacífico y tolerante, hijos que no están, flatulencias entre nalgas flácidas pegadas al sofá, dos xanax al día para conciliar el sueño y mantener la calma

las investigaciones más recientes advierten un nuevo síntoma pandémico: la adicción al facebook y demás redes sociales del malcogidismo, la incontrolable tendencia a opinar sobre todas las cosas con la autoridad de la enciclopedia británica, la capacidad inexplicable de escribir engolados, en tonos agudos, como en un chillido infinito, como en un grito que pide auxilio y que se apaga en su propia desesperación

perpetuadores del refrán y las frases hechas, habitantes del lugar común, autistas de la imaginación, militantes de lo políticamente correcto, hijos tontos de la contradicción: hablan de democracia citando a chiche gelblum y no te dejan fumar, ni abortar, ni comprar alcohol después de las 21hs., ni opinar en contra, ni disentir de ninguna manera; se meten con la educación de tus hijos, con el uso y reparto de preservativos, con las reglas del tránsito vehicular, con las normas de urbanidad y buenas costumbres, con los perros que cagan en las veredas, con los travestis, con los políticos, con las enfermedades incurables, con todo lo que les permita quedarse en sus casas sin hacer nada, sin pensar en sí mismos, lejos del espejo del botiquín que guardan a oscuras, bien apartado en el baño húmedo y cerrado bajo llave

el malcogido no resiste la intervención, meterse en tu vida y alzar el índice y dar cátedra; te pasa la lengua fría y mohosa por los muebles, por la cama, por la cocina, por la espalda, y llena todas tus cosas con esa baba rancia y pastosa que cultiva en su boca sin beso, sin sexo, sin alegrías de ninguna especie

malcogidos: con la pésima costumbre de meterse sin permiso con el prójimo para distraerse de sí mismos; y no importa cuánto veneno se le suelte al vecino, ese veneno hay que sacarlo por algún lado, no sea que nos matemos de una sobredosis de nuestra propia ponzoña

Gonzalo Viñao
http://www.costanegra.blogspot.com/

9 comentarios:

Anónimo dijo...

EH! Ningún comentario a esta entrada? Justo la única en que el autor de este blog da la cara?

gonza yurkevich dijo...

También organizamos un centro cultural como el américa libre. Aunque en realidad eso lo hacemos para salir de nuestra condición de mal cogidos... La esperanza es lo último que se pierde. Lo de la revolución era chamuyo.

Anónimo dijo...

Yo siempre pensé que el que acusa a una mina de mal cojida (perdón, yo lo uso con j) por su mal humor... debería fijarse en el carácter de su propia novia. Porque en otro punto de la ciudad para otros hombres el culpable del mal clima en el lugar de trabajo de la novia es indefectiblemente él.

Definamos que es cojer mal. Viñao traete a los comentaristas a tu face acá!

Anónimo dijo...

Quiero una cabina de suicido como en Futurama. Rápido e indoloro, por favor.

Anónimo dijo...

Los lectores de este blog siempre piden que lo que escriben den la cara. Por primera vez alguien lo hace... y es el post menos comentado...

Anónimo dijo...

Chicos:

Creo que decir que el humor de la gente se determina por su vida sexual es una simplificación muy básica.
También existe la menstruación.

Paula

Anónimo dijo...

Paula Chaves de novia, otra versión y + fotos ( 1 2)
DaFeBa 22/03/11 23/03/11 11:52
Maria Eugenia para Sarkany campaña 2011 - parte2 ( 1 2 3)
DaFeBa

Anónimo dijo...

Hay Hay Hay... estas chicas de SIBELIUS!! En lugar de dar la cara y decir que son ellls las que escriben este blog, se meten con nombres falsos a acusar a otra gente para asi despistar. Cuando alguien las buchonea lo borran al toque o meten 100 post para mandarlo al fondo. Caretas!

Anónimo dijo...

Esta la escribió Viñao! O si dice que lo escribió significa que no lo escribió?