domingo, 15 de enero de 2012

Matemos a los comentaristas de blogs y otros sitios de Internet



Ahora que eso de los blogs parece haber empezado a declinar, prueba de lo cual es Matemos a las Ballenas, creo que es momento de darle su merecido a ese verdadero daño colateral de la existencia de la web que son los comentaristas de blogs y otros sitios de Internet. Dicho verdadero flagelo de la era digital es considerado por las Naciones Unidas, según lo revelan los datos del Censo 2010, el cuarto Jinete del Apocalipsis, junto con el Hambre, las Ganas de Comer y el otro.
Es por eso que el Departamento de Pentapodología Felina de este blog ha compilado, a los efectos de educar al soberano, la siguiente tipología de comentaristas. (Nota: si no entendiste el chiste ése de la “pentapodología felina” – que tampoco es gran cosa, por cierto – mandá “lo qué” al 2020).  

  • Matemos al comentarista que domina un solo tema y trata de llevar toda discusión a su zona de confort intelectual. Ya sabemos que sos el puto amo de las estadísticas futboleras, flaco, pero si el post es sobre el primer disco de Fito Páez ¡qué tiene que ver la campaña de Rosario Central en el Metropolitano de 1984, por Dios! ¡Al carajo con la Doctrina Pancho Ibáñez de que todo tiene que ver con todo!
  •  Matemos al comentarista que se quiere levantar al autor / autora del blog e interviene para apoyar hasta sus peores disparates. ¿Para qué te creés que existen los chats privados de Facebook, los DM de coger o el correo electrónico, bebé?
  •  Matemos al comentarista que deja un comentario, nadie le responde y se enoja de que lo ignoren. ¿Qué pretendés por ese comentario de mierda, el Premio Nobel de la Paz? Bah, si se lo dieron a Barack Obama, capaz que tenés chances…  
  •  Matemos al comentarista que no tiene blog propio y aprovecha los más leídos blogs ajenos para colar sus absurdas y extensísimas teorías conspirativas, a cuento de nada. ¡A la ONG Comentaristas Sin Fronteras, ni justicia!
  •  Matemos al comentarista que entra a un blog para dejar un comentario de diez palabras, ocho de las cuales tienen que ver con la promoción de su lamentable página web. Está bueno eso de “Hágalo Usted Mismo”, pero tampoco la pavada… (Dicho sea de paso ¿”Hágalo Usted Mismo” no es un buen nombre para la revista de la Asociación Argentina de Onanismo?).
  •  Matemos al comentarista fanático y zarpado, casi siempre antiK, cristiano fundamentalista o defensor de la dictadura, si no es las tres cosas juntas. ¡Andá a poner cara de cacerolazo al foro de La Nación!
  •  Matemos al comentarista que entra al blog ver qué onda, espera que haya cuatro o cinco comentarios y entonces se suma a la mayoría. Aparte una cosa, como diría Chilavert: acordate de la Mesa de Necochea del Adolfo…  
  • Matemos al comentarista colgado que cae en un blog sin conocerlo y no capta las ironías. ¡Gil, claro que un post que elogia a Axel Lumbago, Alex Ubago o como se llame es en joda!   
  • Matemos al despechado o despechada que entra al blog de su ex amante a sangrar por la herida y ventilar intimidades. Pibe, no es que la chica del blog sea flor de puta: es que es sommelier de garchas.
  • Matemos al troll pago que entra a bardear los blogs en época de elecciones. Ya sabemos que los trolls son una manga de idiotas, pero no nos dejemos engañar por eso: también son malas personas. 
  •  Matemos al comentarista que se cree transgresor por entrar a blogs populares a descalificarlos porque los lee mucha gente, o por poner consignas nazis o trotskistas en blogs de diarios y salir corriendo. Loco, rescatate, en el tiempo que vos gastás en hacer esa gilada, Maru Botana te tiene no menos de tres hijos… 
  • Matemos al comentarista que se quiere hacer el piola descalificando al autor del post como “ignorante” y escribe con faltas de ortografía. Más aún si quiere correr a un blogger que es economista profesional con apuntes afanados a Rincón del Vago. Pasate barniz que sos de madera, nene… 
  • Matemos al comentarista que es supuesto fan del blog de la primera hora y que afirma que el blog era mucho mejor antes, cuando comentaban él y cuatro gatos locos más. Diga la verdad, señora, señor ¿usted dejaría que su hija se casara con alguien así?
  • Matemos al comentarista que pide peras al olmo, ya sea repudio al kirchnerismo en un blog kirchnerista, rigor periodístico en Perfil.com o corrección política en un blog llamado Matemos a las Ballenas. ¡Para ellos, qué menos que el rifle sanitario!

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Sommelier de garchas es buenisimo.

Nonimo dijo...

Para compensar habría que mencionar a los precoces peronistas de la web que ven a "la corpo" en cada noticia que no les gusta... no les puedo decir puntualmente en que blog me pasó porque van a decir que derivo la discusión para el lado que más conozco y por consecuencia se va a notar mucho quien soy.

Anónimo dijo...

genial, Gonzalo.

Anónimo dijo...

Matemos a las ballenas es supercorrecto politicamente...no jodan...

Anónimo dijo...

Este estilo en lista descriptiva que cultivan últimamente es una cagada. Aburridísimo.

PSUDOLECOR dijo...

creo que si matan a todos esos comentaristas dejan de existir la mayoría de los blog, incluido este mamarracho. Yo empiezo a leer los post y son un embole terrible, nunca llego ni a la mitad, después paso a los comentarios y ahí está lo mejor. Si matan la los comentaristas no entro más a esta verga escrita por resentidos lumpenes de cuarta que se creen graciosos

No tengo Twitter ni Silverter dijo...

Matemos a los que van a verlo a Guetta en la playa... por suerte se matan solos.

Anónimo dijo...

Bufarròn,pata de lana,payaso y ahora antisemita.Que mal elige los novios esta chica!.

Me saco el sombrero por el comentario Sommelier de garchas. Espectacular

Anónimo dijo...

¿Qué pretendés por ese comentario de mierda, el Premio Nobel de la Paz?

JA! LA respuesta a muchos de nuestros comentarios.

Anónimo dijo...

Apoyo el comentario de Nonimo sobre los precoces peronistas.

Banco al blog, pero lo de "antiK, cristiano fundamentalista o defensor de la dictadura" suena a un prejuicio un tanto seisieteochistico muy poco observador!